14 de febrero de 2012

Raúl y su visita al 'viejo enemigo'

Intentando olvidar el partido y la imagen que dio el Schalke 04 el pasado sábado contra el que ahora es el tercero en la Bundesliga, relegando a los de Gelsenkrirchen al cuarto lugar, en el que lo mineros se rindieron antes de tiempo e hicieron algo que nunca habíamos visto en Raúl, bajar los brazos; y con la mente puesta ya en el partido del próximo jueves de la Europa League, Raúl ha decidido coger su coche y recorrer los poco kilómetros que separan Düsseldorf, donde vive desde que dijo adiós a Madrid, de Colonia, donde hoy se encuentra un viejo enemigo. El Barça está en Alemania para jugar esta noche su correspondiente partido a los octavos de la Champions League y Raúl no se lo ha pensado dos veces a la hora de ir a visitar al que durante toda su estancia en Primera División, 16 años, fue su máximo rival. Poco amigo de los rencores y muy amigo de aquellos con los que compartió clásicos y momentos con la Selección Española, el siete del Schalke 04 compartió en Colonia un momento con los jugadores del FC Barcelona. Y con su entrenador, al que le une más que un deporte, una amistad. Raúl, hombre de señorío y valores, vuelve a ser un ejemplo para todos. Muchos nos preguntamos que hubiera pasado si el que durante tantos años fue el siete del Real Madrid hubiera seguido en el equipo blanco la temporada pasada. "Con Raúl esto no pasaba", es lo único que nos sale decir a algunos. La imagen de los dos grandes del fútbol de España se vio dañada por actitudes y hechos que no deben ir nunca de la mano de fútbol. Quizá Raúl, con esta visita, haya puesto un poco de paz a esta situación aparentemente calmada que en cierto momento parece que se les iba de las manos a todos. Será así si ambas plantillas aprenden de alguien que siempre ha sido y sigue siendo, actos como este lo demuestran, un ejemplo para todos. Dentro y fuera del campo. Dentro luchó clásicos, defendió sus colores con uñas y dientes, con sangre, con goles, con gritos, con alma, con madridismo y con lo que hiciera falta. Fuera respondió son palabras, señorío, deportividad y de nuevo con madridismo. Siempre con madridismo. Con el mismo madridismo que silenció al Nou Camp y con el mismo madridismo que ha ido a visitar hoy a los culés. Madridismo y deportividad que le ha hecho convertirse en un jugador respetado por los suyos y, también, por los blaugranas.

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Marca un gol al más puro estilo Raúl, ¡venga, valiente!