27 de septiembre de 2010

Empezaba a ver todo negro, a preguntarme y casi confirmar que la marcha al Schalke había sido una equivocación, y temiendo que muchos pensaran eso Raúl habló para decir que no se había equivocado al ir a Alemania, y como en el fútbol las cosas no se demuestran en las entrevistas sino en el cesped, el domingo el siete saltó al campo con las ideas claras para verificar lo que días antes había dicho. Y asi fue. Nos volvió ha hacer soñar.




No fue el gol que puso fin al Mundial, no fue un penalti deisivo, no fue un tanto en el minuto 90, no dió tan siquiera la victoria a su equipo, pero para mi fue mucho más que un gol de los tantos que caen en el olvido, más que un simple gol en una liga extranjera, fue una vez más una prueba de superación, por la que le doy las gracias, porque el que la sigue la consigue, y porque nada es imposible.



Quedan mucho sietes por señalar, balones y anillos que besar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Marca un gol al más puro estilo Raúl, ¡venga, valiente!