4 de mayo de 2011

Raúl y la Champions. La Champions y Raúl.

Llevo diez minutos mirando la pantalla de mi ordenador y solo me sale escribir una palabra; Raúl. O Champions, que es lo mismo.
No sé escuchar el himno de esta competición si no está él. Llevo toda mi vida viéndole jugar después de escuchar esa canción. Viéndole jugar, marcar, ganar… y perder. Pero viéndole. Perdía y volvía. Siempre volvía. Y le vi llegar a lo más alto en tres ocasiones. Pero esta vez, si se va, es para no volver. Y no sé que va ser de mí ni de la Champions, si eso ocurre.
Pero sí sé lo que será de él. Se convertirá en una leyenda viva de esta competición. Son 142 partidos y más de 70 goles los que harán que su nombre tarde mucho tiempo en borrarse de la Champions. Para muchos siempre será el siete de Europa. Cuando digo siempre, para mí, es siempre. Y es que no sé encontrar un recuerdo en mi mente de la Champions al que no vaya adjuntado el nombre de Raúl.
Llevo más de 10 años yendo el Bernabéu cada vez que se jugaba un partido de Champions y ahí estaba él. He visto a mi equipo ganar tres veces la Champions y ahí estaba él; además, marcando. He visto volver a Morientes en dos ocasiones para jugar contra su ex equipo, y también Raúl estaba ahí.
¿Qué no iba hacer por él, entonces? ¿Viajar hasta Lisboa para ver como su equipo alemán ganaba a los portugueses y se hacía con un puesto en los octavos de la Champion cuando nadie daba un duro por ellos? ¿Ir hasta Valencia para darle las gracias por seguir inscribiendo con letras de oro, y goles, su nombre en la Champions? ¿Celebrar su gol contra el vigente campeón de Europa en el que siempre será su estadio? Afirmativo.
Ahí estaba yo. En la capital de Portugal, para llenar el estadio de banderas españolas y hacer olvidar a nuestro siempre siete que siempre será eso, nuestro siempre siete. Jamás olvidaré ese momento, volvía a ver jugar a Raúl en directo después de su marcha del Real Madrid, y eso se lo debo a la Champions.
Meses después su destino
fue Valencia. También el mío. No hubo victoria, pero sí gol. No quería más que darle las gracias por conseguir que todo lo que hago por él valga la pena; solo quería verle de nuevo. Y fue mucho más que eso. Fotos, camisetas firmadas, sonrisas, goles dedicados y muchas gracias.
Y hacer aquello que pensé que no volvería a gozar. Celebrar un gol de Raúl en el Santiago Bernabéu. Un equipo de la zona baja de La Bundesliga fue capaz de ganar, en dos ocasiones al Inter, campeón del año pasado. Raúl mojo en los dos partidos. Y uno de esos goles fue celebrado en el estadio del que siempre será su equipo como si la red con la que golpeó el balón fuera una de las porterías del Santiago Bernabéu. Cosas que solo hace Raúl, cosas que solo puede hacer un ídolo. El mío. El de muchos, que jamás olvidaremos a nuestro eterno capitán. Entre otras cosas, por todas esas noches de Champions que nos brindó.
Todos estos momentos inolvidables han sido gracias a la Champions. Y gracias a Raúl, que es lo mismo. Por eso el partido de hoy me pone la piel de gallina y me hace llorar aún no habiendo empezado aún. Por que no quiero que este sea el final de lo más bonito que me ha regala el fútbol. Raúl y la Champions. La Champions y Raúl. Esa relación tan especial entre mi ídolo y la competición más grande del continente no tiene precio. Y yo pagaría millones por que no acabara nunca.
‘Hay que jugar, hay que soñar’, dijo Raúl cuando terminó el partido de ida, donde el Schalke perdió 0-2 en casa ante el Manchester United. Quiero verle jugar, quiero darle al REC en el momento en que suene el himno de la Champions y salga la imagen de Raúl. Quiero ver ese momento una y otra vez todos los días de mi vida. Sí, quiero. Quiero verle jugar y ganar. Y remontar. Y hacer que el señor Pedrito se trague sus palabras, aquellas en las que hablaba del equipo inglés como su ya rival en la final de Wembley. Quiero soñar son su hat-trick. Quiero soñar que se puede. Quiero soñar que la Champions guarda a Raúl una noche épica, otro episodio para enmarcar y el mejor de los finales, decir adiós alzando ‘la orejona’. Y soñaré hasta el último segundo de partido. Si esto ocurre no volvería a pedirle nada más al fútbol. Nada más.
Aún que mi fe raulista me obliga a no rendirme, me embarga la tristeza y la nostalgia cuando hoy todos hablan de su adiós. Por eso escribo estas palabras. Y por eso, si solo pudiera pedir una cosa más en la vida, se la pediría a Pedro Proena. Señor colegiado, si el Schalke no remonta este partido, no pite nunca el final.

4 comentarios:

  1. Es un sueño posible porque nuestro 7 siempre se deja el alma en el campo. A lo que le temo es a la defensa del Schalke... Ojala se nos cumpla es sueño y podamos verlo en esa final que a nosotros nos quitaron de las manos ayer. Gracias Alma.

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  2. Que maravilla Almita.Sin palabras. " Y por eso, si solo pudiera pedir una cosa más en la vida, se la pediría a Pedro Proena. Señor colegiado, si el Schalke no remonta este partido, no pite nunca el final." Brillante. No puedo añadir más. Gracias Almita. Saludos. Guillermo de Guillermo y el fútbol. Como sabes transmitir todas las sensaciones que Raúl provoca. Simplemente, gracias.

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  3. Que palabras tan bonitas, pfff. Que verdades llenas de sentimientos, que sólo algunos tienen la suerte de conocer. Hoy volveremos a soñar. Sentiremos cada segundo de partido como si fuera el primero. Sólo porque él lo merece, y porque sólo él nos ha hecho descubrir lo que es el fútbol, el fútbol tiene nombre y apellidos, Raúl González Blanco. Y por él, hoy nos sentiremos ganadores, por cada momento que nos ha regalado. Siempre nuestro 7, el 7 de España, el 7 de Europa. El ángel blanco, nuestro eterno capitán.

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  4. Que palabras Alma. Me he emocionado. Por desgracia parace que por este año se nos acaba el sueño, pero me niego a creer que Raúl no volverá a jugar Champions. Su carrera no va a acabar en 2012, y la vida da muchas vuelta :)

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Marca un gol al más puro estilo Raúl, ¡venga, valiente!