
Una espinita menos para mi gran Siete, la Copa Alemana, y aunque no ha sido la del Rey, todos sus fieles seguidores sabemos lo importante que es para él, y por derecho, para nosotros.
Gracias Capitán por hacer que vuelva a creer en el fútbol, en el esfuerzo y en el trabajo bien hecho, gracias por no abandonar nunca, gracias por demostrar que los sueños están ahí, aunque sea al otro lado de Europa, sólo hay que ir a por ellos.
El año que viene nos espera la Europa League, mientras tanto, con una de sus sonrisas podré llegar al fin del mundo, directamente: de Raúl al cielo, sin poner los pies en el suelo, sin moverme del sofá.
Si ser un cojo, es tener 33 años, y disfrutar como uno de 15, yo me subo al carro.
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Marca un gol al más puro estilo Raúl, ¡venga, valiente!