20 de noviembre de 2011

Capitán Raúl

Dos años después de dejar de llevar el brazalete en su brazo izquierdo, Raúl volvía a sentir aquella sensación tan cotidiana que sentía en el Real Madrid. La lesión de Höwedes y algunas circunstancias más, hicieron que ayer Raúl luciara, de nuevo, el brazalete de capitán. En vez de salir el último, salió el primero, pero seguía siendo el mismo. Camieta por fuera, concentración absoluta. Sí, Raúl era el nuevo Raúl de siempre. Ese nuevo Raúl que aterrizó en Alemania y se echó al equipo a la espalda, ese Raúl de siempre que sigue celebrando sus goles como si fuera el primero que marca. Ese Raúl que, aún que dejó la capitanía cuando se marchó de Madrid, seguía siendo el capitán. Capitán no es solamente llevar un brazalete, capitán es carácter, fuerza, compañerismo, alma, liderazgo. Raúl llevaba muchos años siéndolo en el Real Madrid, le faltó poco tiempo para serlo también en el Schalke 04. Lo ha estado siendo desde que llegó en un segundo plano, como él ha querido, pero lo ha sido, siendo como es él, líder por naturaleza. Y no podía no celebrar volver a sentirse capitán sin marcar. Y el segundo de los cuatro que marcó su equipo fue el suyo. El balón, despejado, quedó solo al borde del área grande. Error. Ahí llegó Raúl, chutando a la vez que se caía y ajustando la pelota al palo derecho de la portería. Gol. Rulogol. Raúl corrió con la media bajada por haber acabado la jugada en el suelo, se besó el anillo y fue directo a abrazar a alguien mientras los demás compañeros corrían trás el siete de su espalda para abrazarle a él. Ese alguien era la mascota. Adorable gesto. Extrañable imagen. Síntoma de que Raúl es ya uno más entre los mineros. Señal de que el que una vez aprendió a ser capitán, lo es para siempre.

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Marca un gol al más puro estilo Raúl, ¡venga, valiente!