27 de mayo de 2011

Los imposibles también existen

Aunque te canses y vengan miles de días grises, aún mis palabras quieran rendirse ante la lluvia en el cristal... me suena a grande, los imposibles también existen, son los que hoy me hacen decirte: ¡que la fiesta empiece ya!



Raúl celebrando un título de Copa, los imposibles también existen


:)



Maldita Nerea - ¿No podíamos ser agua?

21 de mayo de 2011

EL ORGULLO RAULISTA INVADE EUROPA.


Una espinita menos para mi gran Siete, la Copa Alemana, y aunque no ha sido la del Rey, todos sus fieles seguidores sabemos lo importante que es para él, y por derecho, para nosotros.

Gracias Capitán por hacer que vuelva a creer en el fútbol, en el esfuerzo y en el trabajo bien hecho, gracias por no abandonar nunca, gracias por demostrar que los sueños están ahí, aunque sea al otro lado de Europa, sólo hay que ir a por ellos.

El año que viene nos espera la Europa League, mientras tanto, con una de sus sonrisas podré llegar al fin del mundo, directamente: de Raúl al cielo, sin poner los pies en el suelo, sin moverme del sofá.

Si ser un cojo, es tener 33 años, y disfrutar como uno de 15, yo me subo al carro.

14 de mayo de 2011

Primera temporada en la Bundesliga: 13 goles

Hoy se pone punto y final a su primera temporada en la Bundesliga. A mi primer Bundesliga. Solo cuatro puntos más se han conseguido que los equipos que han descendido a segunda. Sufrir, todos los hemos seguido a Raúl por Alemania lo hemos hecho. Pero ha valido la pena. Por volver a vere titular otra vez. Pero esta vez sin brazalete, saliendo el último y con la camiseta por fuera. Otro Raúl. El mismo Raúl de siempre. Sus ganas, su ilusión, su garra, su fuerza, su fe. Intactas. Al igual que sus goles. Trece. Acaba su primera Bundesliga con 13 goles, el último de ellos hoy mismo, en el último partido de la temporada.




Acabar bien es acabar con rulogol(;



11 de mayo de 2011

Real Madrid - Schalke 04, mucho más que un partido


Cuando le vimos hablar sabíamos que esto era un continuará...




El pasado viernes 6 de mayo salió a la luz una noticia que conmocionó a la mayoría de los madridistas. Aquellos que lloramos el 26 de julio del año pasado desconsolados por la marcha de nuestro siete. Aquellos que acudimos al Bernabéu esa soleada mañana aún sabiendo que no celebraríamos ningún gol de nuestro ídolo, sino que íbamos a decirle adiós. Perdón, hasta pronto.

La noticia es que vuelve. Siempre vuelve.

Nuestro siete se marchó, nos dejó huérfanos de alma dentro de campo y fuera de él. Pero desde Alemania nos siguió mandando fuerzas y regalos en forma de goles. Siguió callando bocas y dándonos la razón, una vez más, a quienes siempre hemos confiado en él.

Y el próximo agosto, volverá.

Raúl volverá, vestido de azul minero pero con el corazón aún, y por siempre, blanco, a jugar en el que siempre será su estadio, el Santiago Bernabéu. Si su corazón estará dividido, el nuestro también. Animaremos a nuestro equipo, apoyaremos a nuestro siempre siete.

Deseo que llegue ese partido. Si pudiera ser hoy, mejor. Veo el Bernabéu cada jornada lleno de camisetas del Schalke, ese día presiento que se multiplicarán por mucho. Si alguien las cuenta, que cuente la mía. Le prometí al protagonista de este blog que iría con la camiseta de su nuevo equipo al Bernabéu para que nadie se olvidara de él. Cumplo mi promesa. Ese día la luciré aún más orgullosa, sabiendo que él verá el estadio lleno de personas con el 7, su siete, a la espalda. Y sonreirá. Volverá a sonreír allí donde tantas veces sonrió. Y lloraré, como lloré la última vez que coincidí con Raúl González Blanco en el Bernabéu, el día de su despedida.

Propongo que ese partido dure más de 90 minutos. Muchos más. Y cuando acabe el encuentro escribiremos, de nuevo, otro continuará. Porque siempre estaremos esperando que vuelva a casa la mitad de nuestro escudo, Raúl.

4 de mayo de 2011

Con vuestro permiso...

Para poner punto final al día de hoy, a esta noche que llevaba esperando con ansia tanto tiempo, y que he visto apagarse en 90 minutos, sólo voy a trascribir las palabras del video que ha colgado Marca sobre esta nuestra leyenda. Mis propias palabras se me han quedado pequeñas, pero no por eso quisiera que mis sentimientos queden atrás. Twitteros y blogers, por seguirnos, por comprendernos, por respetarnos, e incluso por consolarnos, creo que hablo en nombre de participante de Siempre Nuestro Siete cuando os doy las gracias. Ahora sólo queremos que no se olviden las azañas del caballero que recorrió y conquistó Europa.

''Raúl no podrá marcar más goles en la Champions al menos la próxima temporada. El máximo goleador histórico de la competición se despidió de su torneo fetiche en el que ha disputado quince ediciones, las catorce últimas de forma consecutiva. Raúl no lo podrá hacer en una final, que es lo que le hubiera gustado, pero al menos, lo ha hecho en Old Trafford, escenario mítico para cualquier futbolista. Un escenario en el que le vimos hacer dos goles, goles que le consagraban como uno de los mejores jugadores del mundo, dos goles que ponían rumbo a La Octava copa de Europa del Real Madrid. Una copa rubricada en París con un soberbio gol, que como en su día dijo Valdano, bien valía un Balón de Oro, pero por si un gol en la final no era suficiente para él, dos años después Raúl también supo abrir el marcador camino hacia La Novena. Porque su idilio con el gol en la Champions ha sido hasta ahora perpetuo, capaz de marcar al equipo más humilde de la competición o a todo un FCB. Desde el principio se podía intuir de lo que iba a ser capaz ese chaval de 17 años. ES COMO SI ESTUVIERA PREDESTINADO. Y así fue creciendo la figura de Raúl, partido a partido, gol a gol, celebración tras celebración, y cuando la edad empezaba a pasar factura, a él no le pesó, siguió haciendo goles y agrandando su leyenda. No sabemos si Raúl tendrá la oportunidad de volver a la Champions, de si esta historia de amor ha puesto punto y final, pero lo que es seguro, es que ha sido una historia tan bonita, que será difícil de olvidar.''

Punto y seguido

Punto y seguido. Eso es lo que está noche ha escrito Raúl en Old Trafford, un punto y seguido en su historia en la Liga de Campeones.
Por desgracia y durante al menos un año, recordaremos la fecha de hoy (04.05.2011), como el día en que disputó su último encuentro de Liga de Campeones. Pero señores, la vida da muchas vueltas, y quien sabe, quizás el Schalke vuelva a disputar Liga de Campeones para la temporada 2012-2013, para la que por cierto la Liga Alemana tendrá 4 clasificados y no 3, como la próxima temporada (en detrimento del Calcio, que perderá una plaza).
Para la posteridad y leyenda del ‘7’ de Europa nos quedan 142 Partidos y 71 Goles en la máxima Competición Continental de Clubes, además de muchos otros records. Algo con lo que muchos solo sueñan.
Sé que suena demasiado optimista viendo el resultado del equipo alemán de la presenta campaña en la competición doméstica, donde son incapaces de sobrepasar el techo del décimo puesto. Pero este mismo equipo fue el que el año pasado fue subcampeón de la Bundesliga. Y esta es una Liga que cambia mucho de un año para otro.
Es curioso el significado que puede adquirir una fecha en diferentes años y con diferentes acontecimientos. El 4 de Mayo de 2008 Raúl conquistaba su Sexta Liga con el Real Madrid (la 31ª y última hasta ahora para los blancos) en el Reyno de Navarra, con una lección de casta y coraje, remontando un gol de penalti en el minuto 38 de la segunda mitad. Robben de cabeza e Higuaín casi en el descuento nos dieron la alegría de saber que tres días después el F.C. Barcelona tendría que hacernos el pasillo del Campeón en nuestro propio estadio.
Hoy, 4 de Mayo otra vez, empieza a pintar como una fecha que yo tendré que escribir en mi documento de Raúl como la fecha en que jugó su último partido de Liga de Campeones. Pero de momento como he dicho quiero pensar que es un punto y seguido. Y que a nadie se le olvide que si el Schalke 04 gana la Copa de Alemania el Gran Capitán disputará la Europa League la próxima temporada y podrá ampliar su record de 147 Partidos y 72 Goles en Competiciones Europeas.
No quiero desaprovechar la oportunidad de felicitar al Manchester United, equipo que por desgracia para los ‘mineros’ ha sido muy superior durante toda la eliminatoria y que se ha ganado su pase a la final con mucho mérito. Y que nadie dude que el próximo día 28 seré un Red Evil más, y no solo porque me tire el United, sino porque siempre querré que gane cualquier equipo antes el Barcelona.
El teatro de los sueños fue en el pasado un gran recuerdo para madridistas como yo, que vimos dos de los mejores encuentros de la historia del futbol (2-3 en el 2000 y 4-3 en el 2003). Hoy es un lugar de pesadilla para aquellos que aún seguimos a Raúl. Mentiría si dijera que albergaba alguna esperanza. Todas mis esperanzas de conseguir una machada en las semifinales se basaban en el partido de ayer, para hoy no quedaba nada. Le decía a un amigo que esta noche nos caían 5, y poco ha faltado. Al final han sido 4, pero muy dolorosos teniendo en cuenta que por ahora se recordará como el último partido de Raúl en Champions.
Pero ¿qué queréis que os diga? Raúl no se rindió en Tel-Aviv, lo hizo tampoco en Lisboa, tampoco en Valencia (¡que petardazo pegó!) y aún menos se acobardó ante el actual Campeón. Solo un gran Manchester ha podido con el equipo de Raúl, que los miércoles por la noche se disfrazaba de SuperMan para disimular humanidad que le invade los sábados por la tarde. Esto no es el fin señores, a Raúl le quedan muchos goles por marcar, y el fútbol siempre equilibra la balanza, esta no es una despedida digna del más grande de todos los jugadores de la Historia de la Champions. Volverá, Raúl volverá.

Orgullosa de ser Raulista


Todos conocemos la famosa frase ''si tienes un sueño, vé a por él. La gente que no lo consiguió te dirá que no lo lograrás, pero si tienes un sueño, persíguelo, y punto''. Así es, a todos se nos viene a la cabeza la escena de En busca de la felicidad, en la que Will se la dice a su hijo Jaden, y a mi además me recuerda al mejor Raúl, por ejemplo al Raúl de hace una semana al finalizar Schalke-MU: ''hay que jugar, hay que soñar''.

Volviendo a la película sólo me queda decir ''Esta parte de mi vida. Esta pequeña parte, se llama FELICIDAD''. Porque mi siete sigue aqui, y eso hace que yo continue con un nerviosismo que me recorre todo el cuerpo, cierto es que si hubieran jugado ayer quizá no podría decir lo mismo, pero voy más allá, que siga aquí es más que esta eliminatoria, es haber llegado siempre, donde tantos, tantas veces le han dicho que no podía, pero su amor por el fútbol, o lo que es lo mismo, su amor propio, le han llevado siempre a lo más alto, a convertirse en una leyenda, que a pesar de que este sea o no su último partido en Champions, perdurará para siempre.


Raúl me ha enseñado una forma de vivir, la de disfrutar, dejarse llevar y con ganas, esfuerzo e ilusión llegar hasta donde te propongas aunque el mundo te grite lo contrario.


Por eso aunque la gente se nos eche encima, somos muchos los que decimos con la boca muy grande: Orgullo Raulista. Gracias capitán.

Raúl y la Champions. La Champions y Raúl.

Llevo diez minutos mirando la pantalla de mi ordenador y solo me sale escribir una palabra; Raúl. O Champions, que es lo mismo.
No sé escuchar el himno de esta competición si no está él. Llevo toda mi vida viéndole jugar después de escuchar esa canción. Viéndole jugar, marcar, ganar… y perder. Pero viéndole. Perdía y volvía. Siempre volvía. Y le vi llegar a lo más alto en tres ocasiones. Pero esta vez, si se va, es para no volver. Y no sé que va ser de mí ni de la Champions, si eso ocurre.
Pero sí sé lo que será de él. Se convertirá en una leyenda viva de esta competición. Son 142 partidos y más de 70 goles los que harán que su nombre tarde mucho tiempo en borrarse de la Champions. Para muchos siempre será el siete de Europa. Cuando digo siempre, para mí, es siempre. Y es que no sé encontrar un recuerdo en mi mente de la Champions al que no vaya adjuntado el nombre de Raúl.
Llevo más de 10 años yendo el Bernabéu cada vez que se jugaba un partido de Champions y ahí estaba él. He visto a mi equipo ganar tres veces la Champions y ahí estaba él; además, marcando. He visto volver a Morientes en dos ocasiones para jugar contra su ex equipo, y también Raúl estaba ahí.
¿Qué no iba hacer por él, entonces? ¿Viajar hasta Lisboa para ver como su equipo alemán ganaba a los portugueses y se hacía con un puesto en los octavos de la Champion cuando nadie daba un duro por ellos? ¿Ir hasta Valencia para darle las gracias por seguir inscribiendo con letras de oro, y goles, su nombre en la Champions? ¿Celebrar su gol contra el vigente campeón de Europa en el que siempre será su estadio? Afirmativo.
Ahí estaba yo. En la capital de Portugal, para llenar el estadio de banderas españolas y hacer olvidar a nuestro siempre siete que siempre será eso, nuestro siempre siete. Jamás olvidaré ese momento, volvía a ver jugar a Raúl en directo después de su marcha del Real Madrid, y eso se lo debo a la Champions.
Meses después su destino
fue Valencia. También el mío. No hubo victoria, pero sí gol. No quería más que darle las gracias por conseguir que todo lo que hago por él valga la pena; solo quería verle de nuevo. Y fue mucho más que eso. Fotos, camisetas firmadas, sonrisas, goles dedicados y muchas gracias.
Y hacer aquello que pensé que no volvería a gozar. Celebrar un gol de Raúl en el Santiago Bernabéu. Un equipo de la zona baja de La Bundesliga fue capaz de ganar, en dos ocasiones al Inter, campeón del año pasado. Raúl mojo en los dos partidos. Y uno de esos goles fue celebrado en el estadio del que siempre será su equipo como si la red con la que golpeó el balón fuera una de las porterías del Santiago Bernabéu. Cosas que solo hace Raúl, cosas que solo puede hacer un ídolo. El mío. El de muchos, que jamás olvidaremos a nuestro eterno capitán. Entre otras cosas, por todas esas noches de Champions que nos brindó.
Todos estos momentos inolvidables han sido gracias a la Champions. Y gracias a Raúl, que es lo mismo. Por eso el partido de hoy me pone la piel de gallina y me hace llorar aún no habiendo empezado aún. Por que no quiero que este sea el final de lo más bonito que me ha regala el fútbol. Raúl y la Champions. La Champions y Raúl. Esa relación tan especial entre mi ídolo y la competición más grande del continente no tiene precio. Y yo pagaría millones por que no acabara nunca.
‘Hay que jugar, hay que soñar’, dijo Raúl cuando terminó el partido de ida, donde el Schalke perdió 0-2 en casa ante el Manchester United. Quiero verle jugar, quiero darle al REC en el momento en que suene el himno de la Champions y salga la imagen de Raúl. Quiero ver ese momento una y otra vez todos los días de mi vida. Sí, quiero. Quiero verle jugar y ganar. Y remontar. Y hacer que el señor Pedrito se trague sus palabras, aquellas en las que hablaba del equipo inglés como su ya rival en la final de Wembley. Quiero soñar son su hat-trick. Quiero soñar que se puede. Quiero soñar que la Champions guarda a Raúl una noche épica, otro episodio para enmarcar y el mejor de los finales, decir adiós alzando ‘la orejona’. Y soñaré hasta el último segundo de partido. Si esto ocurre no volvería a pedirle nada más al fútbol. Nada más.
Aún que mi fe raulista me obliga a no rendirme, me embarga la tristeza y la nostalgia cuando hoy todos hablan de su adiós. Por eso escribo estas palabras. Y por eso, si solo pudiera pedir una cosa más en la vida, se la pediría a Pedro Proena. Señor colegiado, si el Schalke no remonta este partido, no pite nunca el final.